martes, 21 de febrero de 2012

Sin ellos en el planeta

Frialdad  al conseguirlos, matarlos o dejarlos vivir; animales que día a día viven la terrible intriga de la vida sin tener un defensor de la muerte; pero...matarlos por la cruel desfachatez de la experimentación con sus cuerpos y la injusta satisfacción misma del asesino. Porque así se le llama a quien atenta contra la vida. Hombres que con fría pasión desgarran el alma y hieren a filo de espada incrustada en las entrañas...sin habla alguna para contar la verdadera historia de la dura incertidumbre. para desmentir con sus labios el amargo sabor  de lo inesperado, la fruta podrida queriendo ser arrojada a la basura. La profunda tristeza de la inimaginable desaparición de las contadas especies ha desbordado lágrimas de los rostros apasionados por las criaturas, luchando por escuchar el respiro de éstas, como cada mañana sale el Sol, la estrella más brillante de la Tierra, cada mañana se escucha el suspiro del viento queriendo tocar los corazones insensibles de los hombres para darle la oportunidad a la vida una vez más.

Desesperados por la gran ignorancia humana de los increíbles aportes de las diferentes razas a aquello que nos rodea y nos llena de inmensa alegría y hermoso placer; deleite a los oídos, como agua fresa al alma, como ungüento a la herida, haciéndonos entrar en la conciencia del daño que causamos con arrebatadas decisiones. Los que no se reproducen y dejan de existir por sí solos, entonces son llevados al túnel espacioso en el que se pierden y jamás regresan. O los capturan para mostradores, exhibiciones, o les quitan la vida para la experimentación o por la simple ocurrencia de la diversión a costa de los demás; perdiendo poco a poco el hilo de la vida animal, descuidando su propio hogar y haciéndoles llevar la culpabilidad de la pérdida de éste.

Imposible intentar el rescate del mal aprovechamiento de sus tierras, mucho menos evitar las dulces trampas  que los conducen a jamás reproducirse. Tan generosa es la diversidad con el hombre, que su inmoderada actitud ha perdido todo sentido de supervivencia en el mundo; en donde sólo la Ley del más fuerte predomina en su mente y por consiguiente, en sus acciones, llevándolos a la inmensa cifra de 11,157 desaparecidos, 40% de sufrimiento y dolor por la derrota.

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